Recibió del Estado más de 66 millones de pesos en viajes.
El boomerang desatado por la causa de los cuadernos de la corrupción dejó efectos colaterales: la Justicia comenzó a investigar por qué el Gobierno argentino le pagó más de 66 millones de pesos, a partir de 2007, a la remisería en la que trabajaba Oscar Centeno, el autor de las anotaciones que dispararon la investigación por la que la ex presidenta Cristina Kirchner y el ex ministro Julio De Vido están procesados como líderes de una banda que recaudaba coimas entre empresarios de la obra pública.
Fue así que un fiscal solicitó una batería de medidas a diferentes organismos oficiales para determinar cuánto facturaba la agencia de remises, qué autos prestaban servicios, qué cuentas bancarias tenían y si tenían empleados en blanco, de acuerdo indicaron a Infobae fuentes judiciales.
Se trata de una ramificación que se abrió a raíz de la causa de los cuadernos. Según el dictamen al que accedió Infobae, el fiscal Eduardo Taiano abrió una causa y le pidió al juez federal Marcelo Martínez De Giorgi que lleve adelante una serie de diligencias para investigar a la empresa Transcom Service SA, una agencia de remises ubicada en San Fernando que entre 2007 y 2015 facturó "la suma de $66.111.531,56 en virtud de los presuntos servicios de transportes brindados al entonces Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación".
Uno de esos autos era conducido por Centeno, que se encargaba de trasladar a Roberto Baratta, ex secretario de Coordinación de la cartera. Sus viajes fueron los que quedaron relatados por Centeno, en donde se hablaba de entregas y retiros de dineros que vincularon a funcionarios y empresarios. Las copias de esas anotaciones llegaron a manos del fiscal Carlos Stornelli, vía el periodista Diego Cabot, de La Nación, que recibió ese material de parte de un militar, por entonces amigo de Centeno, que las tenía en custodia.