La división del radicalismo.

Nueva entrega sobre la historia del radicalismo en La Pampa. Tesis del Dr. Román Molín.

 

La división del radicalismo.

Tres fracciones internas principales era posible identificar al interior de la UCR durante los años del peronismo, que tuvieron vigencia en etapas posteriores: el Movimiento de Intransigencia Radical (MIR), integrado por dirigentes adherentes al yrigoyenismo como Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Crisólogo Larralde, entre otros; el Núcleo Unidad Radical (UN), con una impronta conservadora, alvearista de origen, representado por Miguel Ángel Zabala Ortiz, Leopoldo Suarez, Conrado Storani; y el Movimiento de Intransigencia Nacional (MIN) liderado por Amadeo Sabatini, ex gobernador de Córdoba, de tendencia yrigoyenista y con independencia respecto de los dos sectores mencionados. Todas estas líneas tenían una dinámica política propia, con sus órganos de conducción, debates internos y propuestas programáticas. Este panorama perduró hasta el golpe militar. Los amalgamaba la oposición al peronismo, aunque también en este punto es posible identificar diferencias (Moriconi, 1983).
El grupo dominante en la estructura partidaria del radicalismo era el MIR, concentraba a las corrientes yrigoyenista, quienes se habían opuesto a la Unión Democrática, es decir a la alianza de apoyo a la fórmula radical que enfrentó electoralmente a Juan Domingo Perón en 1946 (Pla, 1974). En 1947, se realizó el Primer Congreso Nacional de ese movimiento; allí fueron aprobados documentos como la “Profesión de Fe Doctrinaria” y la Base de Acción Política, conocidos como la Declaración de Avellaneda, que a partir de 1948 se convirtieron en doctrina y programa de la UCR. Estos postulados que ideológicamente se caracterizaron como nacionalistas de izquierda, respondían a las ideas populares de entonces; en ellos se propiciaba el control de la economía por parte del Estado, una reforma agraria inmediata y profunda, la participación obrera en las utilidades empresarias, entre otros puntos (Gallo, 1983).
En sus comienzos este grupo estuvo liderado por cuatro dirigentes de gran peso histórico: Moisés Lébensohn, a quien se le adjudica la autoría intelectual de los documentos mencionados anteriormente. Aunque prematuramente fallecido en 1953, fue el inspirador de las posiciones del MIR, rigurosamente doctrinarias. Lo acompañaban Ricardo Balbín, quien presidia el “Bloque de los 44”, férreo opositor al peronismo, que debió purgar años de cárcel por presunto desacato a la autoridad presidencial (Lichtmajer, 2016). Otro dirigente fue Arturo Frondizi, que tenía un perfil técnico y más moderno que los anteriores y se conducía con independencia de las estructuras del partido. Generaba expectativas en la juventud de esos momentos (Gallo, 1983). Finalmente, otra figura trascendente fue Crisólogo Larralde, un obrero tipográfico de larga participación partidaria, que incorporó al radicalismo ideas procedentes del campo social. Se le adjudicó la redacción del artículo 14 bis de la Constitución Nacional, reformada en 1957 (Balbín, 2015).
El segundo grupo de importancia era el Núcleo Unidad (NU), conocido como el “unionismo”, que tenía raíces en el “alvearismo”; cuyo nombre se identificaba con la estrategia electoral conocida como Unión Democrática, aunque esta denominación resulta controvertida. Este grupo concentraba a los sectores más antiperonistas del radicalismo. Sus dirigentes habían conducido el partido antes de la llegada del peronismo al poder y sobre ellos recayó la culpa de la derrota en el año 1946. Desde 1954 en adelante fueron la conducción del Comité Capital, el Comité Provincia de Mendoza y el de Entre Ríos; tuvieron presencia en casi todas las provincias. Entre sus dirigentes más importantes destacamos los nombres de Miguel Ángel Zabala Ortiz, Carlos Perette, Leopoldo Suarez, entre otros. Este sector propiciaba la abstención ante las convocatorias electorales del gobierno de Perón (Gallo, 1983; Lichtmajer, 2016).
El tercer grupo interno era el “sabattinismo”, cuyo nombre formal era Movimiento de Intransigencia Nacional (MIN). Estaba liderado por Amadeo Sabattini, ex gobernador de provincia de Córdoba, bastión del radicalismo. Esta línea partidaria tenía ramificaciones en algunas provincias del Norte del país. Originalmente fue un grupo pro yrigoyenista que luego tomó posiciones antiperonistas. Ocuparon lugares estratégicos en la conducción partidaria nacional y establecieron buenas relaciones con el NU (Gallo, 1983; Tcach, 1991).
Arturo Frondizi había asumido como presidente del Comité Nacional en enero de 1954, pero se impugnó esa decisión ya que las autoridades partidarias habían sido electas sin la presencia de delegados de once distritos, entre los que figuraban Capital Federal, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Entre Ríos y San Juan. El 11 de marzo de 1956 fue reelecto para ese cargo y se emitió una declaración de apoyo al gobierno “provisional”, bajo la condición de una próxima convocatoria electoral. El unionismo y el sabattinismo impugnaron la elección de las autoridades partidarias y exigieron que el gobierno militar dictara un nuevo estatuto para los partidos políticos, con una actualización de afiliaciones y la posterior convocatoria a elecciones de autoridades. No obstante, el gobierno de facto favoreció la continuidad al reconocer los mandatos vigentes antes del golpe (Gallo, 1983).
Ante ese escenario, y con un panorama electoral más claro, el frondizismo a cargo de la estructura partidaria proponía un método interno para la elección de la fórmula presidencial, mediante una encuesta entre los principales dirigentes del partido y con un posterior llamado a la Convención Nacional, que proclamaría a quienes fueran favorecidos. El resultado era previsible: sobre 600 dirigentes consultados, unos 400 votaron por la fórmula Arturo Frondizi-Alejandro Gómez. Se realizó la consulta en ausencia de los dirigentes del MIR de provincia y ciudad de Buenos Aires, y casi de la totalidad de los grupos internos del MIN y el NU (Tcach, 2012).
La oposición a dicha metodología no se hizo esperar. Crisólogo Larralde, presidente del Comité de la provincia de Buenos Aires, encabezó la propuesta de elegir a los candidatos por medio del voto directo de los afiliados al partido. Esta idea originaria del MIR, desde principio de 1950, se planteó a los efectos de evitar la intermediación del cuerpo colegiado, un instrumento que era resistido por el frondizismo ya que controlaba la estructura partidaria, pero era sostenido por el resto de los sectores políticos internos (Gallo, 1983).
En esa línea de oposición a la fórmula proclamada en Tucumán se reunió la Junta Directiva del Comité Provincia bonaerense de la UCR, que decidió impulsar la reforma a la carta orgánica partidaria con miras a incorporar el voto para la elección de los candidatos en todo el territorio nacional. Esta postura fue apoyada por el sabattinismo (MIN), sector que reunió al Comité Provincial cordobés para impulsar la misma reforma en el ámbito de su provincia. Esa coincidencia permite vislumbrar una alianza entre los sectores del MIR que respondían al dirigente bonaerense Ricardo Balbín, el sabattinismo y el NU (Tcach, 2012).
Estos pasos en favor del voto directo no cambiaron la dirección que imponía el Comité Nacional reunido en San Juan durante los días 11 y 12 de septiembre de 1956. Así, se convocó a la Convención Nacional, que se reunió en la provincia de Tucumán el 9 de noviembre de 1956. Su objetivo fue proclamar la fórmula surgida de la encuesta, actitud que marcó el inicio de la ruptura formal al interior del radicalismo. Cuando se advirtió que era inevitable la decisión, los delegados opositores se retiraron de Tucumán y la Convención sesionó con un quórum conformado por convencionales del frondizismo. En esa oportunidad, ejerció la titularidad del cuerpo el vicepresidente primero, el pampeano Ismael Amit que era adherente al MIR (Moriconi, 1983).
La Asamblea Nacional del NU, que sesionó a finales del mes de noviembre de 1956, fue el primer cónclave que desconoció la fórmula. Su líder, Miguel Ángel Zabala Ortiz, anticipó la conformación de un Comité Nacional Provisorio en un acto realizado en Plaza Once de la ciudad de Buenos Aires. Le siguió el Comité Provincia de Mendoza, conducido por el unionismo, que luego fue intervenido por el Comité Nacional. Los partidarios de UN de Capital, Entre Ríos y Santa Fe se solidarizaron con Mendoza y también desconocieron la fórmula (Gallo, 1983).
El próximo sector en romper con el binomio Frondizi- Gómez fue el sabattinismo, que conducía el radicalismo de Catamarca. Se expresó la negativa por medio de la Convención Provincial. La UCR de Córdoba, principal distrito de ese grupo interno, reunió el Congreso Provincial en diciembre de 1956. Allí censuró el resultado de la convención de Tucumán, pero sin poner aún en rebeldía al distrito (Tcach, 2003; Gallo, 1983).
Finalmente, el MIR bonaerense, a través del Comité de la Provincia de Buenos Aires emitió una declaración, el 8 de diciembre de 1956, mediante la cual instaba a la implementación del voto directo para la elección de las candidaturas, aunque sin desconocer expresamente lo actuado en Tucumán. El presidente bonaerense Crisólogo Larralde, destacado luchador por lograr la unidad y representando un papel moderador, intentó evitar la ruptura partidaria, pero finalmente pidió la renuncia de Frondizi-Gómez y ratificó la implementación del voto directo. Así, el día 21 de noviembre de 1956 pidió la renuncia de la fórmula para permitir la elección de otra que representara a la totalidad de los radicales. Esa determinación resultó muy significativa en cuanto a la oposición a Frondizi, ya que era considerado una persona independiente de los sectores en pugna y con ello se clausuraba la última posibilidad de diálogo antes del cisma partidario (Moriconi, 1983; Gallo, 1983).
El Núcleo Unidad puso en marcha la articulación de una nueva agrupación. De esa manera, se formó una comisión integrada por Carlos Perette, Jorge Walter Perkins, Arturo Mathov, Aldo Tessio y Nicolás Romano en representación de Entre Ríos, Capital Federal y Santa Fe, respectivamente. El fin de esa comisión fijó como fecha, para conformar un nuevo Comité Nacional, el día 18/12/1956. En paralelo tomaron contacto con los sectores opositores y con el propósito de plantearles la posibilidad de desconocer la fórmula proclamada y sostener la bandera política del voto directo del afiliado como método para elegir los candidatos radicales (Gallo, 1983).
El grupo ligado a Frondizi no aceptó cuestionamiento alguno, defendió lo resuelto en Tucumán y denunció la “campaña organizada contra ellos por los sectores que están o se han colocado al servicio de confabulación antirradical”. Afirmaron que el voto directo era contrario al federalismo sostenido por la UCR (Persello, 2006; Gallo, 1983).
El Comité Nacional se reunió en Rosario los días 26 y 27 de enero de 1957, bajo la presidencia interina de Oscar Alende, ya que Frondizi había pedido licencia. Allí se abordaron, como temas principales, los planteos de las autoridades partidarias de las provincias de Buenos Aires y Córdoba, que solicitaban modificar la proclamación de las candidaturas efectuadas en noviembre de 1956. Los impugnantes de la Convención Nacional realizada en Tucumán argumentaban que la ausencia de las mayorías correspondientes a los distritos de Capital Federal, Córdoba, Santiago del Estero, Mendoza, Chaco y Buenos Aires, por un lado, y la irregularidad en algunos distritos como Salta (que carecía de autoridades) y el cuestionamiento hacia los mandatos instituidos en Santa Fe, San Luis y Entre Ríos, por otro lado, eran factores que demostraban la falta de legitimidad de esa elección, al tiempo que ponían en riesgo la unidad partidaria. El pedido de impugnación fue rechazado, al igual que la propuesta de voto directo para elegir los candidatos. De ese modo, se cerraba así cualquier negociación política (Moriconi, 1983; Gallo, 1983; Tcach-Rodríguez, 2006).
Los Comités Provinciales de Córdoba, Buenos Aires, Chaco, San Juan y Santiago del Estero y los cuerpos orgánicos de las líneas internas MIR, NU y MIR (Pro voto directo) en las jornadas siguientes desconocieron al Comité Nacional. Se consumó de esa manera la ruptura partidaria. Así, fueron los principales distritos del país los que se expresaron contra el máximo organismo de conducción, a la vez que este se plantó inflexible ante la negativa a revisar la forma en que fue elegida la fórmula presidencial y a la par resolvía intervenir los distritos que no obedecieran lo resuelto en Tucumán. El sector del MIR estaba dividido en dos fracciones: los que apoyaban a Frondizi y los que no, pero luego de la Convención de Tucumán esta diferencia impactó también al interior del partido (Moriconi 1983, Tcach 2012).
Agotadas las instancias conciliatorias, ambos sectores se vieron urgidos a solicitar la personería política que exigía el Estatuto de los Partidos Políticos , que fijaba como plazo para presentar la documentación el día 15 de enero de 1957. Luego ese plazo fue prorrogado por 30 días. Arturo Frondizi lejos de intentar un llamado a la unidad partidaria, el día 26 de enero de 1957, antes de ingresar a la reunión partidaria en Rosario expresó: “la posición del Comité Nacional es inamovible y proseguirá su línea pase lo que pase (...). Los que quieran seguir la línea del partido podrán hacerlo libremente y quienes no quiera acatar al Comité Nacional deberán irse” (Gallo, 1983, p. 119).
Los sectores radicales identificados con el “voto directo”, apremiados por los plazos legales, celebraron reuniones manteniendo un cerrado hermetismo: el MIR bonaerense, el “unionismo”, el MIN y sectores menores como el Movimiento de Intransigencia Popular (MIP), el Movimiento Pro Radicalismo Unido y Nuevo Radicalismo de Corrientes. En la madrugada del día 14 de febrero de 1957 coincidieron en constituir un Comité Nacional Provisorio de la UCR de 20 miembros, con representación de todos los sectores -5 del MIR, 5 del MIN, 5 del NU, y los restantes 5 en grupos menores-. La presentación se realizó el viernes 15 de febrero de ese año, a las 22:00, dos horas antes del vencimiento del plazo fijado. Eligieron a Crisólogo Larralde presidente del partido (Mariconi, 1983; Gallo 1983).
Los apoderados de ambos grupos solicitaron su personería con las siglas tradicionales del partido UCR, por lo que a partir del 15 de febrero de 1957 coexistieron dos agrupaciones independientes entre sí que se disputaron la denominación Unión Cívica Radical. El estatuto de los partidos políticos en su art. 21 preveía el uso de un aditamento cuando dos fracciones se disputaran el nombre, por lo que el Juez Electoral Dr. Amílcar Cardozo conminó a ambos agrupamientos a agregar ese accesorio para su identificación. El Comité Nacional Provisional cumplió la medida el 21 de febrero de ese año. Adoptó el aditamento “del pueblo” y desechó otras opciones como “intransigente”, que aún no había sido adoptada por el otro grupo, o “Federalista”, ya que fueron rechazados por el NU (Gallo, 1983).
A partir de entonces la UCR se fraccionó en dos nuevos partidos: Unión Cívica Radical del Pueblo, presidida por Crisólogo Larralde -que constituyó su domicilio legal en el local partidario de calle Moreno Nº 2480 de la Capital Federal, donde funcionaba el Comité Provincia de Buenos Aires-, y la Unión Cívica Radical Intransigente que se ubicó en Ríobamba Nº 482 , presidida por Arturo Frondizi (Tcach y Rodriguez 2007; Gallo 1983).
La división de la UCR se consideró el hecho político más importante desde la caída de Perón. Consumado el sisma, los dos sectores tuvieron un gran protagonismo mediático, ya que informaron constantemente sobre las reuniones que llevaron a cabo, hicieron públicos sus comunicados, permitieron la realización de entrevistas a los principales dirigentes, entre otras acciones que dieron a conocer al público sus prácticas.
El gobierno de Aramburu convocó a elecciones para Convencionales Constituyente para el 28 de julio de 1957 y a comicios generales para el 23 de febrero de 1958. Asimismo, se proyectó la entrega del poder el día 1 de mayo de 1958. Esto significaba que, en menos de cuatro meses, ambos radicalismos medirían su caudal electoral y tendrían luego una elección crucial para obtener el poder político del país (Novaro, 2010; Gallo 1983).
Novaro (2010) sostiene que la división del radicalismo fue un factor muy importante en la frustración del plan político del gobierno surgido a partir del golpe militar de 1955, que buscó instaurar un sistema electoral con el peronismo proscripto, ya que la lucha por el poder estuvo enfocada en el enfrentamiento del radicalismo y no en el desarrollo de una gestión de gobierno que superara al régimen depuesto. Asimismo, para este autor el pacto electoral entre la UCRI y Juan Domingo Perón fue una manifestación evidente de la crisis política del periodo. Si bien ese acuerdo le permitió llegar al poder a Arturo Frondizi (1958-1962), durante su gestión el poder militar ejerció un fuerte control y condicionamiento. En paralelo el resto de las fuerzas políticas fueron cerradamente opositoras a ese gobierno, dificultando el diálogo e interacción democrática (Persello, 2004; Luna, 2006).